Quiero ganar y que el equipo juegue bien, dice el técnico de la Selecta Rubén de la Barrera

Rubén de la Barrera, el estratega al frente de la selección de El Salvador, visitó la televisión nacional para hablar sobre los próximos enfrentamientos contra Martinica en la doble ventana FIFA de octubre, correspondientes a la Liga de Naciones. Durante la conversación, De la Barrera enfatizó la necesidad de que los futbolistas salvadoreños estén debidamente preparados y resaltó la importancia de lograr victorias, considerando el sistema de clasificaciones.

El técnico abordó en detalle los campamentos y sus objetivos. Expuso que, más allá de aspectos físicos, su propósito es tener un conocimiento propio de cada jugador y construir hábitos que definan la identidad del equipo. Para él, esta es una etapa crucial en la formación de un grupo sólido.

De la Barrera también hizo hincapié en la mentalidad de alto rendimiento que espera de sus jugadores, subrayando su importancia en el crecimiento y la competencia exitosa. Para él, un futbolista de élite debe comprometerse las 24 horas del día, ya que la realidad del deporte exige esta dedicación constante.

En cuanto a la comodidad y la conformidad, el entrenador advirtió que abandonar la zona de confort puede generar molestias y descontento, pero es necesario para elevar las expectativas y alcanzar el éxito. Destacó que nadie será imprescindible y que, si alguien olvida este compromiso, se buscará a otra persona que lo asuma.

Quiere ganar y llenarle el ojo a la afición

En cuanto a sus primeras impresiones sobre los jugadores de la selección salvadoreña, De la Barrera expresó su satisfacción. Destacó la habilidad técnica y el talento del grupo. Respecto al tiempo disponible para trabajar, enfatizó que en el fútbol no hay tiempo que perder y que se esforzarán por aprovechar al máximo cada momento. Rubén de la Barrera dejó en claro su enfoque exigente y comprometido para llevar a la selección de El Salvador hacia el éxito en los próximos desafíos internacionales. Su énfasis en la mentalidad de alto rendimiento y su determinación para construir una identidad de equipo fuerte son señales de un liderazgo enfocado en el crecimiento y la excelencia.