La tragedia ocurrida el 20 de mayo en el estadio Cuscatlán, que cobró la vida de nueve aficionados y forzó a suspender el torneo Clausura 2023, sin duda, cambió muchas cosas en el fútbol salvadoreño y obligó a las autoridades de la FESFUT a tomar medidas que a muchos no le han agradado.
El Comité Disciplinario, una dependencia de la FESFUT, no tardó en emitir sanciones tras los fatídicos hechos de esa noche y determinó que Alianza jugaría los torneos Apertura 2023 y Clausura 2024 a puertas cerradas, a excepción de la final en la que no hay un equipo local, según el artículo 12 literal a y el artículo 22 del Código Disciplinario con relación al artículo 23 de las Bases de Competencia. Además de una multa de 30 mil dólares que deberá pagar a más tardar el 21 de julio de este año.
Esta resolución dejó con un panorama nada favorable para los albos, ya que al jugar sin público y la elevada multa afectaría los ingresos económicos del equipo y complicaría el fichaje de nuevos jugadores y mantener la actual plantilla.
Por ello, la dirigencia del equipo albo trató de revertir la sanción y así aliviar la situación económica, sin embargo, la Comisión de Apelación de la FESFUT declaró “no ha lugar” el recurso presentado por los albos y reafirmó las sanciones.
“No ha lugar el recurso de apelación interpuesto ya que los fundamentos y pruebas no logran establecer la errónea indeterminación de los hechos y una errónea aplicación del derecho alegada ya que las disposiciones normativas son claras e inequívocas en relación a los hechos sancionados”, reza la resolución.
29/02/2024
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